2011






     
        El equipo de ganadores del V Certamen literario Alfambra, posando en Casa Óscar.

Relatos cortos:

1º –La república independiente de san nadie Autor: José Carlos Iglesias Dorado.
2º –Duermevela en la plaza nueva Autor: Javier Castrillo Salvador.
3º –El negro Autor:  Manuel Arriaza Sada.

Poesía:

1º –Dejaré de fumar mañana Autor: Blas Muñoz Pizarro.
2º –Futuro emocional Autor:  Fernando Gayo Sánchez.
3º –Los pergaminos muertos Autor: Restituto Núñez Cobos.

Especial- Óscar Abril

Premio único para:  El club de las luces y las sombras Autora: Eneritz Tavera Barrón.





















   2011 Gabriel Celaya, la poesía como herramienta.

   -Existe una visión pacata de la literatura en general y de la poesía en particular que tiende a considerarlas cursis y elitistas, aún más, en estos tiempos de crisis no solo económica, sino social y humana, falta interés por la palabra; en las abruptas tierras que nos rodean, es difícil encontrar el nexo que hermane por un lado la ruda aspereza del lamer cotidiano, y por otro la exangüe fragilidad del verso. En este acto nuestra intención es escarbar en el error, redescubrir el dialogo fértil entre el penar sobre la tierra y el canto lírico.

   -Un pueblo de trabajadores escudriña los paisajes, busca la belleza del horizonte y de los rostros; el poeta moldea e incorpora la palabra que los nombra y transforma en herramienta, martillo o corbella, zoqueta o salmo.

   -Este año, al igual que en anteriores, nos apropiarnos del testamento de un gran poeta, ahora que se cumplen cien años de su nacimiento: Gabriel Celaya.

   -Cantemos como quien respira. Hablemos de lo que cada día nos ocupa. Nada de lo humano debe quedar fuera de nuestra obra. En el poema debe haber barro, con perdón de los poetas poetísimos. La Poesía no es un fin en sí. La Poesía es un instrumento, entre otros, para transformar el  mundo. ( palabras del propio Gabriel Celaya).

   -Rafael Múgica, que ese era su verdadero nombre nació en Hernani en 1911, poeta de la generación literaria de posguerra, uno de los más destacados representantes de la que se denominó “poesía comprometida”. A los 17 años se traslada a Madrid a estudiar ingeniería industrial y entabla amistad con García Lorca, Buñuel, Dalí, Juan Ramón Jiménez y los intelectuales más celebres que pasan por la Residencia de Estudiantes.

                        Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,

                        mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,

            fieramente existiendo, ciegamente afirmando,

            como un pulso que golpea la tinieblas,

            cuando se miran de frente

            los vertiginosos ojos claros de la muerte,

            se dicen las verdades:

            las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

            Poesía para el pobre, poesía necesaria

            como el pan de cada día,

            como el aire que exigimos trece veces por minuto,

            para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.   

   -En la guerra civil es capitán de un regimiento de gudaris, su participación en la contienda contra los rebeldes acabó en Bilbao en 1937 al caer la ciudad asediada por los golpistas. Tras años atendiendo el negocio familiar, en 1957 se traslada a Madrid y se dedica solo a la literatura, con la salud delicada, alterna entre el silencio y la publicación en revistas y libros. Una sólida y coherente trayectoria vital siempre tuvo como norte la inseparable consciencia de que el arte es un lenguaje y la vida propia y del pueblo el mundo desde el que este lenguaje emana y se comparte. No hay poesía afuera del vivir. Y el vivir es una realidad íntima y colectiva que le duele profundamente en esa sociedad restrictiva y empobrecida de la cultura de los años 50-60.

 

                        Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan

                        decir que somos quien somos,

                        nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.

                        Estamos tocando el fondo.

                        Maldigo la poesía concebida como un lujo

                        cultural por los neutrales

                        que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.

                        Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

                        Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,

y calculo por eso con técnica qué puedo.

Me siento un ingeniero del verso y un obrero

que trabaja con otros a España en sus aceros.

 

   -Durante la década de los años 60 recibe el reconocimiento inevitable ante la prodigiosa capacidad de conectar con el pueblo, de escribir sobre dolores y sombras, esperanzas y esfuerzos, que hacen de la poesía esa manera de dialogar fraterna y emotiva que supera los miedos con una inteligencia desbordada de lenguaje claro y bien construido. Intensidad y ritmo, no solo es música, también la intencionalidad hace que su obra se vea premiada. Infatigable traduce a poetas extranjeros desconocidos en España, coordina revistas, reaviva en Madrid los círculos poéticos críticos con la dictadura. Ya en 1986 recibe el Premio Nacional de las Letras españolas. Fallece en 1991. Nos deja su vida, su palabra, unidas siempre por la tierra, siguen vivas porque hoy más que nunca la poesía respira libertad, aún a pesar de los cautiverios del imperio mercantilista que impone la sola voz de la industria cultural masiva.

 

                        No es una poesía gota a gota pensada.

                        No es un bello producto. No es un fruto perfecto.

                        Es algo como el aire que todos respiramos

                        y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

                        Son palabras que todos repetimos sintiendo

                        como muestras, y vuelan. Son más que lo mentado.

                        Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.        

                        Son gritos en el cielo, y en la tierra son aire.

 

   -En el mundo actual que considera necesario lo superfluo, las palabras de Gabriel Celaya ondean como una bandera de paz, solidaridad y salvación: “Poesía para el pobre….” alimento para el espíritu; poesía cargada de valores para humanizarnos, mejorar el mundo, revitalizar a los jóvenes; aún hoy nos pellizca osadamente los huesos el aire de su corajuda voz, a la luz de este centenario convenimos que aún respira.

   -Los poetas están entre el pueblo, son antes pueblo que poetas, hombres y mujeres amerados por la constante lluvia, que dibuja con clariones perrogatos imperfectos, que aprendimos que son rayuelas; del vientre reseco de esta tierra brotan carruchos, ortigas, y el zumbido incesante de los tábanos; la poesía no es una, cada poeta se forma y construye con su propia experiencia, ese cruce de emociones, de realismo y armonía a la vez, el esfuerzo por extender el pensamiento que nos atraviesa y nos sacude; eso es lo poético, no es más poeta el consagrado y el divo que el artesano de la palabra, y justo es reconocer un menestral de este pueblo, que nos acompañó durante décadas con sus versos, me refiero claro a Fortunato Crespo.

 

                                   A vosotros labradores.

 

                                   Tú labrador que has arado

                                   con cariño tu hacienda

                                   siéntate un rato y descansa

                                   tienes derecho a una tregua

                                   en la plaza o en tu puerta

                                   ¡Que no es tu cuerpo de mármol,

                                   Ni tu corazón de piedra!

                                   Ya tienen nubes los cielos

                                   y las tardes ya refrescan

                                   ya está el rastrojo labrado

                                   y están barridas las eras

                                   el trigo está en el granero

                                   y las faenas no te aprietan

                                   aunque muy pronto tendrás

                                   preparada otra tarea.

 

   -En este poema supera de manera simple la compleja situación entre lenguaje y realidad, no hay una sola manera de convertirlo en poema, pero Fortunato Crespo ahonda en las emociones, ejerciendo con absoluta libertad, trascendiendo el sentido de las propias limitaciones del lenguaje nos hermana con la tierra, con la labor y el sufrimiento cotidiano, sabe ver y cantar lo que es su propia realidad y la de sus paisanos, nos vemos acarreando por los caminos de Altabás y oímos el roce ronco de los carros cargados de avena, las albardas ajadas y los pantalones “piazaos”.

 

                                   Arriba, otra vez arriba

                                   que sopla la brisa fresca

                                   y a gloria sopla el ambiente

                                   y a música el campo suena

                                   y la tierra humedecida

                                   ya os reclama la siembra.

   -No es petulancia, no nos abochorna hablar a la vez de dos poetas tan distantes; uno maestro, reconocido intelectual, reverenciado, culto que aparece en las enciclopedias, y el otro el tío Fortunato, paisano, autodidacta, esforzado jornalero del verso; lo vimos bajar por la calle de San Roque a lomos de su burra, la última de la población, seguramente urdiendo en su mente un poema dedicado a los jóvenes, a la virgen o a los esforzados labradores. Para ambos reivindicamos el mérito de su propia creatividad, su estado de inocencia, el destello donde se configuran a partes iguales austeridad y afecto. Su aliento permanece.

   -Gracias poetas.

                                                                       Agosto  2011



 Fotos gentileza de Francisco Ponce https://franciscoponce.com/ y Tony Raga


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