La mesa compuesta de izquierda a derecha por: Francisco Ponce, Crescencia y Antonio en representación de la AGLCA, en el centro Amador Villamón y a su izquierda los concejales Paco Abril, de la DGA. y Manolo y Victor, concejales.
Otra vez éxito de asistencia
El acto estuvo presentado por Rosa Montolio y Miguel Morata
Amador Villamón, alcalde entregando el primer premio de narrativa a Ángel González Puga
Al día siguiente, con las explicaciones del alcalde Amador Villamón, mostramos a los galardonados e invitados el Murea, el Museo de remolacha azucarera. Poniendo final a la jornada con la asamblea anual del grupo en el ayuntamiento de Alfambra.
De cangrejos
a sueños
-Como el año pasado,
queremos transitar por el espacio proceloso de sueños y quimeras, reclamar el
retorno de los cangrejos a nuestro río y sostener la persistencia de la memoria.
Los sueños; los sueños forman parte de la vida, sueños que en nuestro extraño
viaje, -como diría Fernando Fernán-Gómez- poco a poco vamos dejando atrás,
igual que fuimos abandonando el patrimonio con el que partimos, junto a nuestras
viejas maletas de madera, nuestros recuerdos más amargos y nuestras angustias.
-Dice el poeta conquense Antonio Gómez:
Huir
supone
empezar
de nuevo,
reconstruir
senderos
romper
círculos
aceptar
cenizas
e
interpretar silencios.
Si
se huye a cara descubierta
y
pregonándolo.
A
nadie se traiciona.
-Aún guardamos de esta tierra el aroma que
desprende tras la lluvia, sus colores, el verde de la vega y el rojizo de la
arcilla, los silencios impuestos por el miedo, las tardes de nieve con merienda
de pan y porción de chocolate; en nuestra miseria atesoramos juguetes rudimentarios,
escasos para compartir. Guardamos también esa visión mágica de nuestra niñez, pensábamos
que el río Alfambra no figuraba en el mapa de la escuela, porque cuando lo dibujaron
sería un verano seco, en ocasiones lo habíamos visto inundar la vega y cubrirla
con un manto de aguas arcillosas, brincar el gamellón y lamer el puente de la
carretera. En nuestro mundo infantil, la sierra del Pobo, era la más grande, el
corazón de Jesús más alto que el de Río de Janeiro, aquí se produjo la batalla
más importante de la Guerra Civil, poseíamos un misterioso túnel que unía el
castillo con la ermita de San Juan, y creímos que el pozo de La Venta conectaba
con el mar. Entre verdades y fantasías encontraba
acomodo nuestro ideario.
-Después de tanto tiempo transcurrido desde
la partida, el sentimiento permanece adherido a la tierra que nos vio nacer y no
se abandona jamás, cual tesoro inmaterial que ni se compra ni cotiza en bolsa.
A veces la memoria individual y colectiva es selectiva, o te deforma el pasado
o te lanza al galope para recuperar la ausencia. Pero no solo somos memoria;
este grupo cultural somos parte integrante y viva de arcilla que resiste al
cierzo, mata de juncos que se dobla al paso del torrente, pero no se quiebra.
Nos une la raíz, inseparable, de amor a nuestra tierra, nos sentimos rizoma que
se extiende a nuestros hijos e hijas recordando que personas, tierra y memoria
van unidas en vínculo indestructible.
-Si acaso, es el anhelado viaje de retorno,
compartido; incorporando nuevas ilusiones y nuevos sueños, renaciendo como los
ríos para que siempre transcurra la vida.
Agosto
2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario